PERLA BLANCA
Salvo Víctor Sueiro, Jesús y alguno más, nadie presume de haberse dado una vuelta por el Reino de Dios, tomarse unos mates con el Barba, jugarse un Truco con San Pedro y volver a tierra firme como Perico por su casa. Si me lo pudieran comprobar con válidos argumentos, marche un conteiner de Perlas Blancas para cada uno de ellos.


Pero no es así, y sus historias no alcanzan para meterme la moto –término muy usado en la España de mi madre para referir a lo que en Argentina sería ‘venderme pescado podrido’, ‘chamuyarme’, ‘cagarme a cuentos’ y otras frases más o menos populares-.
Comunicaciones se gana la Perla Blanca de las fechas 15 y 16. No tengo dudas que el conjunto de Agronomía sí resucitó. Estuvo muerto por unos minutos pero hoy respira el aire que le dieron las victorias ante Nueva Chicago y Armenio, por 2-1 y 1-0 respectivamente.
Con el fin de argumentar el estado de defunción en el que estuvo el equipo de camiseta amarilla contaré una intimidad. Para la fecha 13, Comunicaciones tenía su Perla Negra envuelta para regalo, con moño y todo. Pasada exitosamente la verificación del dueño de este blog, Don Nacho Arias, caí en que ya se la había dedicado al Atlanta del Mágico González, algo que había olvidado.
Comunicaciones murió sin que nadie se entere, pues el ya escrito aviso fúnebre no había sido publicado. Para envidia de Sueiro, Jesús y alguno más, el Cartero no sólo le escapó a la Parca, sino que lo pudo demostrar.
PERLA NEGRA
Muy pocas cosas se pueden disfrutar tanto en materia fútbol como un gol sobre la hora, un penal atajado, llevar por primera vez al bambino a la cancha, un buen sándwich de chorizo previo al partido, ganar el clásico por goleada o dar la vuelta olímpica en rodeo ajeno.

El conjunto del Tano Pasini se armó como para ganar el torneo de punta a punta, jugar en 2011 la B Nacional con suficiencia y ya en 2012 comenzar a sacar boleto para la Libertadores, camino obligado a Dubái, Tokio, o donde quiera que lo espere el Barcelona de Messi, Henry y compañía en la definición del Mundial de Clubes.
‘El dinero no es todo pero ¡cómo ayuda!’, se oye desde hace mucho tiempo en las radios argentinas. No lo es para Tristán Suárez porque no le alcanza para ganar los partidos que, por plantel, debería ganar.
Pero sí lo ayuda cuando a su recinto llega en la fecha 15 un Morón que a fuerza de juego asociado le complica un partido. Porque aparece una mano negra que le permite rescatar un punto. El equipo del otro tano, Stagliano, había hecho méritos para llevarse las tres unidades, pero con un penal totalmente inexistente o un off side cobrado a un delantero que parte varios pasos detrás de la mitad de cancha, se puede zafar del papelón y mantener el 1-1.
Tres días más tarde pierde por la decimosexta jornada ante el humildísimo (si se me permite la expresión) Almagro por 2-0. Sacar un punto de seis, con los sueldos que pagan por Ezeiza, es lamentable. Además lleva cuatro partidos sin ganar -dos empates-. El Lechero era líder y ya no lo es. Sarmiento le pintó la vaca de verde, como en algún momento se escribió desde este espacio que ocurriría.
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