PERLA BLANCA
Es complicado elegir al merecedor de tamaña distinción. La Perla Blanca, según tengo entendido, es un regalo inconmensurable en lo emocional y carísimo en lo económico. La complicación nace de lo mediocre que está el fútbol de su querida B Metropolitana. Pero así como le he entregado mis servicios amorosos a alguna bambina de alguna discoteca genovesa sólo por descarte, en horas donde la desesperación me devoraba, haré lo mismo con la preciada pelotita que extraje de una concha del Mar Mediterráneo.
La Perla Blanca se la doy a un hombre que ha tenido la capacidad y la suerte de hacer bien su
trabajo a lo largo de sus primeros seis partidos. La capacidad de evitar que equipos como Los Andes y Defensores de Belgrano le hicieran goles, dos escuadras que entre las dos suman 21 gritos. Pero no sólo tuvo reflejos y vuelos espectaculares para hacerlo, sino que contó con la suerte de cruzarse con otros cuatro rivales de medio pelo para abajo. Me refiero a Almagro, Armenio, San Telmo y Morón. Contra el último de los mencionados, a este portero ni siquiera le ha pesado el hecho de ser un clásico. Jamás se le escurrió la bola de sus guantes.
El 1 de Nueva Chicago recibe entonces la primer Perla Blanca del ciclo. Alguno dirá que es sencillo atajar contra cuatro equipos que entre todos cuentan 13 goles. Que sus delanteros podrían acusar haber jugado con Gripe A y nadie lo pondría en duda. Es cierto. Pero ningún otro guardameta corrió la misma suerte que Agustín Gómez, único invicto del torneo.
PERLA NEGRA
La Perla Blanca se la doy a un hombre que ha tenido la capacidad y la suerte de hacer bien su
trabajo a lo largo de sus primeros seis partidos. La capacidad de evitar que equipos como Los Andes y Defensores de Belgrano le hicieran goles, dos escuadras que entre las dos suman 21 gritos. Pero no sólo tuvo reflejos y vuelos espectaculares para hacerlo, sino que contó con la suerte de cruzarse con otros cuatro rivales de medio pelo para abajo. Me refiero a Almagro, Armenio, San Telmo y Morón. Contra el último de los mencionados, a este portero ni siquiera le ha pesado el hecho de ser un clásico. Jamás se le escurrió la bola de sus guantes.El 1 de Nueva Chicago recibe entonces la primer Perla Blanca del ciclo. Alguno dirá que es sencillo atajar contra cuatro equipos que entre todos cuentan 13 goles. Que sus delanteros podrían acusar haber jugado con Gripe A y nadie lo pondría en duda. Es cierto. Pero ningún otro guardameta corrió la misma suerte que Agustín Gómez, único invicto del torneo.
PERLA NEGRA
Pido perdón de antemano si las siguientes líneas carecen de objetividad. La Perla Negra tiene dueño hace mucho tiempo. En primer lugar, debo aclarar que a este hombre le tengo cierta apatía por el hecho de que le dicen ‘Tano’, cuando de no haber sido por alguna excursión como entrenador de la banda a la que dirige (¿dirige?), jamás habría cruzado la General Paz. A mi Italia querida con suerte la conoce por foto.
Pero fuera de esa pequeñez, le sobran argumentos para ser el ganador del regalo menos deseado. Vicente Stagliano y su nuevo ciclo en Deportivo Morón tenían fecha de vencimiento. Ya para el partido contra Estudiantes estaban vencidos, puesto que la derrota contra Almirante Brown los había puesto fuera de comercialización. Sin embargo, el entrenador siguió creyendo en un supuesto proyecto a largo plazo, donde incluiría la puesta en escena de futbolistas surgidos de las inferiores del club.
No sólo que los chicos no aparecen en el primer equipo, sino que, además, los futbolistas que juegan fecha tras fecha lo hacen cada vez peor. El crédito luego de perder el clásico en casa lo intentaría renovar ante la escuadra de Caseros, pero el nivel fue penoso. No exagero. La defensa deja todo que desear, el medio no tiene nada que envidiarle a la última línea, y los puntas los conocemos porque los leemos en la alineación inicial: la bola no les llega. El equipo no juega a nada, consiguió sólo 5 puntos sobre 21, hizo 4 goles en 7 encuentros, no para de perder clásicos y el futuro del técnico es cada vez más negro, como la Perla que lucirá en su cuello desde hoy.
Pero fuera de esa pequeñez, le sobran argumentos para ser el ganador del regalo menos deseado. Vicente Stagliano y su nuevo ciclo en Deportivo Morón tenían fecha de vencimiento. Ya para el partido contra Estudiantes estaban vencidos, puesto que la derrota contra Almirante Brown los había puesto fuera de comercialización. Sin embargo, el entrenador siguió creyendo en un supuesto proyecto a largo plazo, donde incluiría la puesta en escena de futbolistas surgidos de las inferiores del club.No sólo que los chicos no aparecen en el primer equipo, sino que, además, los futbolistas que juegan fecha tras fecha lo hacen cada vez peor. El crédito luego de perder el clásico en casa lo intentaría renovar ante la escuadra de Caseros, pero el nivel fue penoso. No exagero. La defensa deja todo que desear, el medio no tiene nada que envidiarle a la última línea, y los puntas los conocemos porque los leemos en la alineación inicial: la bola no les llega. El equipo no juega a nada, consiguió sólo 5 puntos sobre 21, hizo 4 goles en 7 encuentros, no para de perder clásicos y el futuro del técnico es cada vez más negro, como la Perla que lucirá en su cuello desde hoy.
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