Acassuso 1 vs. ESTUDIANTES 0: El Pincha, Uno x Uno

Por Pablo Hervello.- 

El análisis del rendimiento de cada jugador de Estudiantes en la derrota ante Acassuso, por el partido de ida de semifinales del Torneo Reducido de la Primera B.

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Martín Ríos (5.5): En la única participación del primer tiempo fue a buscar abajo un tiro libre de Chao ejecutado con buena dirección pero sin fuerza. A Ríos se le escurrió la pelota, hizo un movimiento raro para manotearla y a instancias del línea, Meineri validó el gol. En el segundo tiempo mantuvo vivo al equipo en dos mano a mano que le hubieran dado una gran ventaja para la revancha.

Guillermo Santana (5): En la función de lateral (hasta los 22´ del complemento) no tuvo problemas con las subidas de Canario y en ataque se acopló a cuenta gotas para no dejar expuesto al fondo de Estudiantes. En el segundo tiempo con el nerviosismo del equipo por buscar el empate jugó como defensor central derecho pero por momentos se adelantó dejando un gran surco por su espalda que Ferreira de gran forma logró cubrir.

Sebastián Ferreira (7): Mucha prolijidad y mucha efectividad en sus anticipaciones. Sólo una vez (en el primer ataque de Ssuso) se encontró mal posicionado pero corrigió inmediatamente. Ganó por arriba en ambas áreas y en una de las más claras para el Pincha, el Malevo fue quien peinó en el primer palo para que la desvíe Canario al travesaño. Vivió el partido a mil y canalizó su descontentó por la jugada del gol con un gran partido y nó con una patada descalificadora.

Nicolás Gásperi (5): Alternó buenas y malas, tuvo que cubrir (de buena manera) la espalda de Kruchowski. Fue la voz de mando en el primer tiempo, pero con el gol del Quemero nacieron las dudas en la defensa. Cobelli con oficio le ganó casi siempre, sacándolo de la zaga central y por eso Canario y Romero aprovecharon su adelantamiento. En el final del partido estuvo claro y preciso para cortar las últimas envestidas del local.

Alejandro Kruchowski (4.5): Trató de ser prolijo en la salida pero estuvo muy limitado por la amenaza constante (tanto en ataque como en defensa) de Braian Romero. Más de una vez le tomaron la espalda y fueron muy pocos los momentos de orden para salir del fondo con Pansardi y Páez. Fue reemplazado (cambio táctico) a los 22´ del complemento por Gaona.

Nahuel Pansardi (5.5): Esta vez como volante por izquierda, estuvo mucho mejor defendiendo que atacando. Actitud y buen traslado de pelota pero sin arriesgar demasiado en sus ataques. Siempre pendiente de Romero y de Chao, estuvo atado posicionalmente y por su desentendimiento con Kruchowski, Acassuso decidió atacar por su punta. Mucho sacrificio cuando Estudiantes tuvo un hombre de menos.

Jonathan Páez (4.5): Arrancó jugando un buen partido dándole claridad al traslado de pelota. Tras ese primer tiempo en donde medianamente controló a Sever, jugó en el complemento muy asfixiado por Mazzulli y el mismo Sever. Por eso de a poco comenzaron las imprecisiones y las pérdidas de pelota que hacían tambalear a Estudiantes. Uno de los mano a mano que salvó Ríos, nació por no largar rápido una pelota en mitad de cancha.

Mariano Torresi (3.5): Un trabajo muy escaso en el primer tiempo. Apenas dos tiros libres (uno por arriba del travesaño y otro que terminó con una contra de Ssuso). En el complemento tomó protagonismo pero del peor porque sumado a una pelota infantilmente perdida y que no terminó en gol por la tapada de Ríos, su figura apareció cuando tras recibir un codazo, quiso ajusticiar desde el piso a Pumpido con una irresponsable patada delante de Meineri que no le dejó otra opción que la roja.

Edilio Cardoso (6.5): El vértigo del ataque se lo dio nuevamente el brasileño. Con su buen manejo de pelota y su desequilibrio fue abriendo una defensa escalonada. Pero por supuesto, demasiado sólo en ese trabajo, apenas tuvo una muy clara en la que le reventó el travesaño a Ruhl previo al gol de Acassuso. Luego trató de encontrar espacios en los costados y cuando buscó por el lado de Fuente, Cardoso hizo la diferencia pero siempre le faltó un socio.

Cristian Yassogna (4.5): Muy pero muy poco del goleador. En el primer tiempo trató de acoplarse con Torresi y Cardoso, pero ni con uno ni con otro encontró conexión. Sin embargo, encontró un aliado en Montenegro pero inmediatamente tanto Pedreira como Nicola lo volvieron a anular. Tuvo una sola: tras ese centro que erróneamente cabecea en contra Canario y da en el travesaño, Yassogna fue quien tomó el rebote y le pegó con alma y vida pero, apurado por la marca, la terminó tirando al terreno lindero.

Andrés Montenegro (6): Buen pivoteo y un dolor de cabeza para Pedreira que hasta que estuvieron 11 contra 11 el Lobo le ganó en casi todas. Sin embargo, fue el principal perjudicado por Meineri, tanto es así que fastidioso, en la última infracción que recibió y que Meineri no pitó, se sacó la remera y se la mostró al árbitro, por eso obligó la amonestación y hasta coqueteó con la expulsión pero se salvó. Se fue muy caliente de la cancha. 

Joan Gaona (5.5): Entró en el momento más caliente del partido y siempre trató de mostrarse y de pedir la pelota. Suelto por todo el mediocampo trató de ser el enlace en el momento que Estudiantes era puro pelotazo. De alguna manera, se las ingenió y a pesar de su retrasado posicionamiento fue importante para mantener a Acassuso lejos del arco de Estudiantes.

Germán Scamporrino (-): Ingresó a los 41´ del segundo tiempo y apenas pudo tocar dos pelotas que no derivaron en nada porque ya el local había cerrado la persiana por completo.

D. Gómez-R. Pereyra (4): Desde que llegaron, cambiaron el dibujo táctico y a Estudiantes, en su urgencia, le funcionó muy bien. Sin embargo, esta vez Estudiantes no tenía la necesidad absoluta de ir en busca del partido sobre todo porque esta vez empezaba con 180 minutos para resolver esta semifinal. Por eso no se entendió el esquema ofensivo y desequilibrado en el mediocampo. El Pincha debió ser  más inteligente y con la pelota en su poder lastimar en cuanto ellos se desarmaran. Por eso el planteo de la dupla, esta vez fue bien superado por el de Oscar Blanco porque aprovechó el desconcierto general ante el nerviosismo de un equipo que debió tomarse con más cautela estos primeros 90 minutos.

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